Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;
no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!

» Paraguas

Te desprendés de la felicidad como que fuera un bicho feo, que te puede dar una mordedura fatal si te dejás atrapar.
Te la sacás de encima, te queda enorme, como un traje ajeno, en el que no te sentís cómodo. Te sobra de todos lados, te baila, te pica, te raspa, te hace tropezar cuando caminás, te esconde las manos [comidas de nervios], te da calor.
No te sirve, es de otro. No te la reconocés mirándote al espejo [esos espejos "llenos de gente" que tanto odiás]
Por eso, cuando la felicidad amaga con vestirte, te atajás, te hacés a un lado, la dejás pasar. Antes de que te toque, antes de que te envuelva, antes de que se te acomode al cuerpo.
Y siempre, por las dudas, abrís el paraguas antes de que llueva.

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