Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;
no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!

» Montevideo

¿no te pasa que a veces creés estar allá y estás acá?
¿no te pasa que el tiempo no pasa y las distancias no distancian?
Y que volver es VOLVER, con mayúsculas y abrazos y reflexiones y complicidad
Y que lo que queda en el tintero se resuelve en dos palabras
Y que la puesta al día tarda menos que un día y dura dos o tres eternidades.
Volví a volver a verte. Y volví a volver a irme.

Pero en ese paréntesis que me dio el invierno, este invierno díscolo que hasta puso cara de verano para recordarnos el verano adorable que pasamos, dejé huellas enormes y me llevé pasos tranquilos, para andar un rato más...

Y en esa mezcla de nudo en la garganta y emoción reprimida de las despedidas, sé muy bien que no me fui, que estoy ahí, y que tuve [una vez más] Montevideo a mis pies.

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