Aprendí que en esta vida hay que llorar si otros lloran
y, si la murga se ríe, hay que saberse reír;
no pensar ni equivocado... ¡Para qué, si igual se vive!
¡Y además corrés el riesgo de que te bauticen gil!

» Lágrimas de sol

Supongo que el sol a veces se cansa de ser tan sol. Debe tener sus días malos, como todo el mundo. Y en esos días le da por llevarle la contra al universo.

Entonces, renegado, decide pintarse de color amanecer en pleno atardecer, o poner cara de luna llena, perfectamente delineada, escondiendo los rayos [y toda manifestación de alegría] en plena tarde. O se levanta con el pie izquierdo y se le antoja organizar un eclipse y deja de encandilar un rato, como para llamar la atención nomás. O de puro enojo.

Sí. Debe tener sus días malos, y también sus días tristes. Y como es una bola de fuego no hay lágrima que le dure. No le llegan a brotar las lágrimas que ya se evaporan. Y es que ni llorar puede, el pobre. Por eso elige otras formas de mostrar su tristeza, y a veces esa tristeza resulta tan pero tan linda que duele. Y te quedás mirando fijo a ese sol triste, sin pestañar, y te empiezan a arder los ojos [y el alma], y se te escapan las lágrimas solas, esas lágrimas de sol, que el sol no puede llorar.

Si un día de estos te encuentran como a mí, perdido, de cara a un atardecer extraño, parpadeando lágrimas ajenas, ni te molestes en explicarles que la tristeza es del sol, porque no lo van a entender. Deciles, simplemente, que te debe haber entrado una basurita. Pero tampoco les aclares que la basurita te entró en el alma.

No hay comentarios:

Publicar un comentario